O renovar o enginyar.
30.12.08
"Más vale ser un tirado en La Habana que rico en Santiago"
O renovar o enginyar.
24.12.08
--------------- - las paredes lisas están de moda. Andrea ya se lo hizo el año pasado y mira qué bonito queda.
me quieren. Me acurruco en ellas, en sus esquinas, y desaparezco.
Dulce ausencia.
23.12.08
a todo ese jazz. Pienso
en cuando te remueves en tu delgadez
y deseas que se deshaga el hielo de mis ojos. Pero,
qué pasos marcas
si el fondo crea tu contorno, si
de nuevo premeditado vuelve
tu cuento de hadas con rosa bajo la luz
marchita en el maletero, machista
película
------------ -mi infancia-
aprendí a cantarle a mi ángel de la guarda
dulce compañía, no me dejes sola
ni de noche ni de día; jesusito de mi vida
que no eres pobre ni negro ni socialista ni pagas intereses
por eso eres niño como yo
por eso te quiero tanto que te doy mi corazón
tuyo es mío no, tómalo, tórnalo
casto y puro, tuyo es, quítale
el ritmo la sangre la sexualidad la respuesta
a guiños, sonrisas, gestos,
tómalo, tuyo es mío no, vuélveme
devota en el infierno egoísta malpensada impasible
al jazz
y a la calidez de sus brazos. Tuyo es
mío no.
19.12.08
Alicia Bajo Cero
En el orden internacional, la hegemonía del capitalismo imperialista no sólo está contribuyendo a la miseria y muerte de sectores cada vez más terriblemente amplios de la población y a la destrucción irreversible del medio ambiente sino que ha promulgado —bajo el espejismo del estado de bienestar y la defensa a ultranza, fundamentalista, del confort privado— la difusión masiva de la corrupción política y un individualismo sin reparos. Este marco ideológico ha encontrado su más propicio aliado en una supuesta postmodernidad cuyas principales proclamas vienen a ser la amnesia histórica —la propia noción de historia parece haber perdido relevancia—, el rechazo de todo criterio ético o moral y el más impasible y frívolo de los pragmatismos. Las descaradas invasiones militares han aprendido a sublimarse —que no a desaparecer— en forma de colonización informativa y cultural, de manera que el invadido puede ahora serlo libremente, por propia opción, mediante un cotidiano gesto de entretenido zapping.
17.12.08
Los coches aparcados frente a la vía
parecen fieras desafiantes
desde el tranvía.
Los tacones hacían parecer a su paso algo firme. Pero mucho más allá del sonido, sólo un poco más arriba del suelo, Julia guardaba su mp3 en el bolsillo interno de la chaqueta mientras se acercaba a la parada del tranvía. No es que temiera a los gitanos que solían rondar por ese barrio; era por seguridad.
En el banco de la parada había un chico sentado. Tenía las manos apoyadas al lado de sus muslos, como si fuera a darse impulso de un momento a otro y saltar hacia una nueva empresa de maleante andante. El chico miró a Julia y Julia tuvo la idea de sentarse, ella y su paso firme, encima de él y comprobar la calidad de reacción del chico. Pero se abstuvo y, finalmente, se sentó al lado.
El banco se meneaba debido al nervioso tiriteo de las piernas del chico. El ruidoso ambiente al que Julia se había acostumbrado para leer se turbaba por los constantes escupitajos que él mandaba al suelo. Julia no lo soportaba. Debía leer las “60 respuestas a las 60 preguntas de los escritores noveles” para, entre otras, no llegar a casa y escribir mierdas como esta. Quería tener imaginación y una morbosidad (que no curiosidad) limitada. Realmente, rebuscar en el correo de su novio algún indicio de aventura de cualquier índole y que no fuera por ella, sino por su creatividad, evidenciaba muchas cosas.
10.12.08
- Me parece que hay que advertir al pueblo de que tiene que morir.
- No vas a hacerles muy felices.
- ¿Y por qué demonios hay que tratar siempre de alegrar a la gente? También conviene asustarla de vez en cuando...
- Cerrarán los ojos y no verán tus pinturas.
- Tranquilo que las mirarán, una calavera resulta mucho más interesante que una doncella desnuda.
- Si tú les metes miedo...
- Reflexionan.
- ¿Y si reflexionan?
- Les entra mucho más miedo.
- Y se arrojan en brazos de los curas.
- Eso no es cuenta mía.
El séptimo sello (Ingmar Bergman)
2.12.08
30.11.08
Copia fiel
para marcar este territorio.
Además, la madera que señalaste guardar para el fuego
nunca calentó el hogar y la cama continuó tan blanca
y abierta como hasta ahora.
Todo este trabajo fue en vano porque los días continuaron
envejeciendo en sí mismos.
Pero lo que resultó verdaderamente inútil
fue el animal que me ordenaste domesticar:
esta bruta representación que come de mí
para alimentarte cada noche.
Después de la luna comienzo a dar vueltas en redondo
y golpeo ceremonialmente el lomo contra los bordes.
Así voy al apetito de mi memoria donde hay un día
idéntico a éste, un día con un tipo contando las piedras
apiladas junto a la leña, al mismo tiempo que acaricia
a un animal cuarentón que habla raro
y que dice resultarle familiar
tu voz cuando te escucha.
27.11.08
Puaj
Lluís Fornés escribió ayer miércoles, en una repugnante columna titulada “Yo me hubiera operado las tetas”, lo que él llama “un momento de reflexión”. La conclusión de su discernimiento era que “hay muchas paradojas con las cuáles no queda más remedio que aprender a convivir”, refiriéndose al hecho de que una “joven 10” tiene más oportunidades de “pedir trabajo y encontrar pareja” que una fea, y que, a falta de intelecto, pues buenas eran unas tetas para quien no había podido superar la ESO. Todo ello colando, como quien no quiere la cosa, la asimilación de que “la fea” es “la débil” a la que no se debe castigar quitándole la oportunidad de llegar a ser aceptada por una sociedad enferma. Siendo consideradas objetos sexuales, como hemos sido consideradas las mujeres durante siglos, es como Fornés apaña eso de “situarse en la sociedad de la mejor manera”. Una buena manera, esa de sustituir el intelecto por el físico. Todavía más cuando se añade la coletilla de que mientras el primero "no puede aumentarse" (lo que es más que discutible), el segundo puede ser agraciado con un poco de silicona por aquí y un poco de botox por allá. Equiparando físico e intelecto de una manera casi insultante, aunque muy propia de, repito, esta sociedad enferma de estereotipos y consumismo.
Yo pensaba que la reflexión consistía en cuestionar, ya no sólo el tema en sí, sino el contexto en que se produce. Dudar, pues, tanto de las causas como de la consecuencia atroz que han producido y que precisa de meditación. Si la reflexión de Lluís Fornés termina legitimando el sistema que lleva a las mujeres a depender de sus tetas para poder tener trabajo, entonces, en mi humilde opinión, el señor Fornés no debería calificar a su columna de “reflexión”, sino de mera explicación de lo que ocurre en un sistema capitalista y patriarcal.
25.11.08
21.11.08
10.000, NO 3.000
Hay días en los que pienso
que ser de izquierdas es una especie de facultad,
como la memoria. Todos la tenemos
en estado de latencia.
Si no la usas,
te mueres sin enterarte de que la tenías.
La prueba de que está ahí
es que en determinadas situaciones aparece.
Muchas veces
se confunde con el orgullo.
Pero hay dos clases de orgullo.
Para mí, cuando esa facultad no está involucrada
el orgullo es amor propio.
Y cuando el orgullo es amor propio,
lo que sale es la pataleta, el sofocón, se pone la cara roja y falta el aire.
En cambio,
si esa facultad interviene,
el orgullo se generaliza.
La persona comprende que la ofensa, el abuso, lo que sea,
no se lo están haciendo sólo a ella;
y se le llenan los pulmones de aire; dice “no puede ser”
y las tres palabras vienen de muy lejos, de muchos compañeros caídos y compañeras, de muchas personas aplastadas, humilladas;
y aflora en ella un valor,
una determinación
con los que no soñaba.
16.11.08
"Make love, not war"
que le dijo Parker
que le contó Cortazar
que en lugar de hacer el amor
ya va siendo hora
de que el amor nos haga.
Y ya haré algún día una entrada para el gran hombre creador de este poema. El caso es que esto me recordó a un fragmento del libro "Un día más con vida", de Kapuscisnki, quien después de pasar meses solo en Angola, esperando la presumible guerra que desencadenaría la proclamación de la República de Angola, observa cómo el país pasa a ser el centro de atención de la mayor parte del mundo. El polaco critica con un agudo sarcasmo la hipocresía de los medios de comunicación, de la ONU, de las potencias occidentales... Organismos que, al fin y al cabo, instan a los países en conflicto a hacer un amor del que ellos mismos carecen.
En fin, que aquí os dejo con otro gran hombre y sus punzantes palabras:
9.11.08
4.11.08
Frutos de la ya histórica movilización estudiantil en Valencia
Este es un paso muy importante en la lucha que estamos llevando a cabo desde la universidad. De hecho, es la primera vez que el rector se somete a un interrogatorio público. Pero no hay que olvidar que la reforma universitaria que se pretende implantar no sólo afecta a los estudiantes universitarios, sino a toda la sociedad. La formación de futuros investigadores, profesores y profesionales según criterios mercantilistas que fomentan la competitividad y lapidan la teoría en pro de una práctica alienante al sistema, es algo que nos atañe a todos.
Desde las distintas asambleas de estudiantes, invitamos -rogamos- a todo aquel que pueda, su asistencia al debate. Se exigirá a Tomàs i Vert que se posicione respecto al Plan Bolonia, tal y como ocurrió en el debate con el rector de la Universidad Complutense de Madrid el pasado mes de mayo. Carlos Berzosa, el rector de dicha universidad, respondió a la petición mediante un artículo publicado en El País, del que extraigo unas partes que vienen al caso:
"(...) debemos ser los universitarios quienes elaboremos los planes de estudio y el catálogo de títulos que proponemos para nuestras universidades, así como decidir los métodos docentes a aplicar. Si las cosas se hacen mal, será nuestra propia responsabilidad, no la de otros".
"Los rectores, en este contexto tan complejo, no deberíamos convertirnos en meros seguidores de los dictados emanados desde la ANECA, y tenemos que posicionarnos ante nuestros estudiantes".
Así pues, animemos todos al señor Tomàs i Vert a que se posicione el próximo miércoles de la misma manera que lo hizo su homólogo Carlos Berzosa. Juntos podremos paralizar la implantación del Plan Bolonia y lograr un debate abierto sobre las pautas a seguir en una reforma que realmente intente paliar las deficiencias del actual sistema universitario. Juntos, podemos.
1.11.08
un abismo personal para el petróleo en Ecuador:
me faltan muchas letras para sentir
mi vida sin árbol genealógico,
el verano en la bici con viento en invierno: frío
llegas de nuevo y, desnuda para otros,
me enamoro de sonrisas ajenas, dispares,
con la facilidad
con la que me masturbo
estoy invitada a las rondallas de las esquinas
mi oficina está entre caprichos y enfados
planeo sobre el fraticidio, no preguntes,
asiduos a mi oficina: tú y yo, reconstruyendo
lo que todavía no sabemos si teníamos
evitas las preguntas porque temes mi respuesta
y cansa retorcerse
por imaginarios colectivos
sin ni siquiera poder escribir la entradilla literaria
de un reportaje
ajeno
a la indiferencia de los espejos
30.10.08
¿Qué quieres?
¿Es música?
Podemos tocar música.
Pero quieres más.
Quieres algo y alguien nuevos.
¿Estoy en lo cierto?
Por supuesto que lo estoy.
Sé lo que quieres.
Quieres éxtasis.
Deseo y sueños.
Las cosas no son exactamente lo que parecen.
Te guío de esta manera, él te arrastra de esa manera.
No estoy cantando para una chica imaginaria.
Te estoy hablando a ti, mi propio yo.
Recreemos el mundo.
El palacio de la concepción está incendiándose.
Mira. Contempla cómo se quema
Eres demasiado joven para ser vieja.
Sabes exactamente lo que hago.
19.10.08
"Cuando se tenga dolor de cabeza hay que tomarse dos poemas"
La declaración que da título a la entrada está extraída de una entrevista que le hizo el diario La Voz de Galicia.
recojo
tu suspiro
y me lo guardo para el día en que me ahogue.
---
Gracias, pecoso. Van muchos besos para allá.
17.10.08
Debate en la UCM con rector incluido
¿Podremos nosotros, como mínimo, organizar una huelga en todas las facultades?
---
Ojalá
15.10.08
Café y óvulos
“Lo que los hombres quieren aprender de la naturaleza
es la forma de utilizarla para lograr el dominio integral
de la naturaleza y de los hombres”.
Dialéctica del iluminismo, Adorno y Horkheimer
Imaginémonos que todas las mañanas, a la hora en la que te dispones a endulzar ese café que te abrirá las persianas que tienes por ojos, te viene a la mente la imagen de un hombre masturbándose en una aséptica habitación. Así, de repente y sin más. Una imagen rápida provocada por un agente externo a tu dormida mente. Todas las mañanas. La publicidad de las cafeterías de la Universitat de València es lo que tiene: te puedes aprender de memoria las máximas de Confucio tomando café, admirar la carnaza de Supermodelo 2008 en los envoltorios de los bocadillos o convencerte con los sobres de azúcar sobre lo de moda que está y lo normal que es donar tus gametos sexuales.
Ya sabemos que desde hace mucho se evita el debate sobre si la publicidad es impositiva o no. ¡Cómo podemos pensar tan mal! Todavía menos si el público es un/a fértil joven que se evade por un momento de la vida académica –o de la incesable búsqueda de trabajo precario compaginado con las clases– en la cafetería de la facultad. Obviamente, nada de imposición hay en la publicidad insertada en los objetos con los que interactuamos cotidianamente, mucho menos si a lo que te anima un sobrecillo de azúcar es a "hacerles feliz, hacerte feliz". ¿Qué mala intención podría haber en tal consigna si además se ocupa de dirigirse tanto a hombres como a mujeres ("hazte donante de óvulos", "hazte donante de semen")? ¿No queríamos igualdad? Aquí hay a pares y en montones encima de la barra. Sin embargo, una querría que al mensaje de “¡hazte donante de óvulos!” le viniera a la mente una imagen femenina homóloga a la masculina. Ya saben, la habitación aséptica. Por eso, pese al claro papel que la publicidad juega en el feminismo del siglo XXI (ese de Sexo en Nueva York y Sexy Killer) y en la superación de roles sexuales, señalaré uno de los problemillas de los que tan importante institución adolece: escasea –y mucho– de información.
La primera cuestión –y la más evidente– sobre la donación de óvulos es la del cómo. Se necesitarían muchas letras sobre fondo rosa para explicar el proceso que ha de pasar una mujer para llegar a ser la perfecta máquinasolidaria que anuncian en dicha publicidad. Ya que en el ciclo fértil de una mujer el número de óvulos es limitado, la máquinasolidaria en cuestión debe administrarse hormonas durante tres semanas para que luego le extraigan, previamente sedada, sus folículos –creados, dicho sea de paso, a la manera del foie. Vaya, es mucho más rápido y claro imaginarse la escena hombre vs. recipiente que a una mujer asistiendo secuencialmente a ecografías, analíticas y pruebas que anteceden a la donación en sí mediante punción folicular (¡uy!, qué nombre tan poco publicitario).
El proceso mantendría ocupada a la máquinasolidaria unos veinte días entre el tratamiento de estimulación ovárica, extracción y control hormonal posterior, mientras que para el hombre el tiempo se cuantifica, como mucho, en horas. Parece que el "comparte felicidad, comparte solidaridad" no hace mucho por descifrar esa falsa igualdad que quieren atribuir a la donación de gametos sexuales en hombres y mujeres. Por no hablar del estado anímico que produce una saturación de estrógenos o del riesgo de hemorragias, infecciones e incluso perforaciones a los que se somete la donante. Es más, la solidaria mujer que se dispusiera a compartir su felicidad podría, en un caso remoto pero posible, morir. Según la revista Science, "entre un 0,3 a un 10% de las mujeres a las que se induce la hiperproducción de óvulos experimentan un grave síndrome de hiperestimulación ovárica que produce dolor, que a veces exige hospitalización, fallo renal, posible infertilidad futura, e incluso la muerte".
Pero no nos pongamos apocalípticas todavía o el café nos sentará mal. Las dóciles consignas no tienen la culpa, seguramente la empresa valenciana Crea (Centro Médico de Reproducción Asistida) no habrá hecho ningún estudio de mercado (¿estudios de mercado? ¡Pero si hablamos de solidaridad!) para determinar que el público potencial al que debe dirigir su nada demagógica publicidad son chicas jóvenes entre los diecisiete y los veinte y pocos años, preferentemente universitarias y/o en paro. Y si lo ha hecho, todo sea por la felicidad. Porque se trata de eso: nada tiene que ver la compensación económica que reciben las donantes por los desplazamientos, que puede llegar a los 2.000 € (cifra irrisoria si tenemos en cuenta los riesgos que corren con el tratamiento). Tampoco tiene nada que ver en esto de publicitar la donación de gametos los más de 6.000 € que cobran las clínicas privadas -que llegan a hacer hasta el 90 % de los tratamientos- por la fecundación in vitro de los óvulos donados. No íbamos desencaminadas al pensar que de lo que se trata aquí es de felicidad. Sobre todo de la de empresa, que bien podría cobrar precios más adecuados para extender la dicha a todos los vecinos. Pero claro, Crea no va a crear vida gratis.
Con esas suculentas cifras, no resulta tan descabellado pensar que se creen mercados que incluso sobrepasen nuestras fronteras. ¿Por qué no van a ser mercancías los gametos si son perfectamente divisibles y transferibles? ¿Y por qué no se va a crear un mercado de óvulos en España con el vacío legal que hay en este tema? Sí, ya sé lo que dirán, que si la Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida estipula que “la donación nunca tendrá carácter lucrativo o comercial”, que si la Ley de Reproducción Asistida dice que “la donación se establecerá mediante contrato gratuito”... Pero la realidad, la que debería saberse en las cafeterías y paradas de autobuses, es que las europeas vienen a España a fecundarse porque en sus países está prohibida la donación de óvulos debido a los riesgos para las donantes. La realidad, la que deberían saber todas las mujeres que se someten al tratamiento, es que las clínicas privadas se hacen de oro a costa de la flácida legislación española y de una publicidad superflua, tergiversada e incluso engañosa. ("Este tratamiento no tiene ningún efecto perjudicial para tu salud").
Pero comerciar con la felicidad no es algo nuevo. Hace unos nueve años se descubrió que en Rumanía se venía desarrollando un mercado de óvulos que se fecundaban en el país de origen de las donantes con semen enviado desde clínicas inglesas. Una vez fecundado, el óvulo se iba de viaje hacia algún vientre de Gran Bretaña. Las donantes rumanas cobraban 250 € por sus genes de raza aria. Si no hemos pensado mal de antemano con la publicidad, no lo haremos con el tema de la deslocalización de óvulos. La achacaré a una razón asumida hoy en día sin ser criticada como es la existencia de materia prima barata en Rumanía. No diré que la selección de genes con los que construir a tu hija/o –es decir, los llamados “hijos a la carta”– puede provocar una jerarquía piramidal de la dignidad humana, en cuya cúspide estarían las blancas rubias con ojos azules. No seamos tan malas. Pero vamos, que de ahí a la mercantilización de la reproducción humana hay una línea muy fina.
13.10.08
11.10.08
8.10.08
6.10.08
5.10.08
- Cuántas veces tendré que decírtelo: las caricias son puntuales –suena una voz quebrada desde la mecedora contigua al sillón en el que se sienta. (Siempre hay una mecedora frente a una chimenea).
Gira levemente la cabeza. No se había percatado de su presencia. Es viejo y su aspecto es descuidado en conjunto, a excepción de unas bonitas manos que reposan sobre su barriga.
- ¿Qué haces tú aquí? –despectivamente- Ya he dicho que no es el caso. Acaba de ocurrir ahora mismo. Deja que reflexione un poco. ¡Déjame en paz!
- Te equivocas en los conceptos. Todo ha pasado. Todo es pasado. Por eso estoy yo aquí. Debo supervisar una correcta organización de los recuerdos por parte de tu memoria -a veces su voz quebrada diluía el tono pedante que utilizaba.
- Oh venga, por favor. A Losantos le hace más falta que a mí. Todavía estoy asimilando lo que ha pasado ahí dentro. No me gustan las imposiciones, ¿sabes? Para que lo entiendas: eres como una jugosa naranja a la que puedo morder en cualquier momento. No eres impenetrable. ¿Por qué si no hay diversos puntos de vista históricos?
Las manos del viejo Pasado se mueven al ritmo de sus pausadas vocalizaciones. Es el único movimiento que realiza. La mecedora, superando la básica inercia, permanece pétrea. Aún así, ella no observa las hazañas del viejo. Ambas miradas están fijas en el fuego, la única fuente de luz en todo el salón.
- Para que lo entiendas tú –carraspea–: yo soy como el espejo retrovisor de un coche. Estoy al alcance de tu mirada, pero siempre te mostraré el camino que ya has recorrido.
- Pero en ese presente –abre los ojos, como si quisiera absorber con ellos el aire de sus palabras– el camino recorrido puede haber cambiado en el momento en el que miro: un nuevo coche, un nuevo paisaje…
- ¡Ah no! –levanta las manos, pierde el control: rechina la madera– ¡ya me sé el sermón de Heráclito! Yo te hablo de recuerdos, de memoria. Tu capacidad de percepción sólo te permite recoger una o dos imágenes de las mil que se crean en tu retina al segundo.
En ese momento se abre la puerta. Una cabeza asoma por el quicio.
- ¿Qué haces ahí? Vuelve a la cama, anda…
Ella desvía la mirada. Se levanta sin responder. No mira hacia atrás. Entra a la habitación mientras el fuego refulge dentro de la chimenea. Frente a él, la mecedora tambalea humanamente.
4.10.08
¡No al préstamo de pago en bibliotecas!
Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.
Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.
Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura? Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.
Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
30.9.08
26.9.08
5.9.08
Consumo y compasión
El 8 de agosto del 2007 siete pescadores tunecinos rescataron a 44 náufragos en las aguas del Mediterráneo y los condujeron a la isla de Lampedusa, en Italia, a unas pocas millas de donde se encontraban. Allí los salvadores recibieron el trato que merecían: fueron encarcelados e incomunicados durante 32 días y ahora aguardan el resultado de un proceso judicial que puede acarrearles penas de hasta 15 años de cárcel por “favorecimiento de la inmigración clandestina”. Las leyes del mar y de la humanidad obligan a socorrer al prójimo; las leyes de la UE prohíben y castigan la compasión.
La verdad es que tampoco hace falta prohibirla. A finales del pasado mes de julio una imagen terrible dio la vuelta al mundo. Era la fotografía de dos bañistas italianos, semidesnudos sobre la arena de una playa napolitana, que comían y bebían plácidamente a pocos metros de los cadáveres de dos adolescentes gitanas que habían muerto ahogadas a la vista de todos sin que nadie las socorriera. Así son las cosas: a los compasivos se les manda a la cárcel, a los indiferentes se les recompensa con comida, bebida y toda clase de mercancías baratas.
Porque no son la ignorancia o el miedo lo que nos impide reaccionar frente al dolor del prójimo; es que el dolor del prójimo, de un modo u otro, nos produce placer. También en Italia, también a finales de julio, cientos de visitantes hacían cola en un parque de atracciones de Milán para obtener, a cambio de un solo euro, el goce barato de una experiencia extrema: un simulacro de ejecución en el que un maniquí muy realista se retorcía y humeaba encadenado a una silla eléctrica. Madres y padres compartían alborozados el espectáculo con sus hijos y el dueño de la máquina exultaba de alegría viendo aumentar minuto a minuto sus ganancias. Se dirá que se trataba de una simulación inocente y que en realidad nadie moría achicharrado; pero lo cierto es que lo que el espectador sentía no era el alivio de que no hubiera realmente un hombre sentado a la silla sino el placer de que lo pareciera. Y por lo tanto el deseo inconsciente de que lo fuera o al menos la desilusión de que no lo fuera.
En Iraq, los torturadores estadounidenses en la prisión de Abu-Ghraib se hacían fotografiar ingenuamente junto a sus víctimas iraquíes imitando precisamente a los visitantes de Disneylandia (o de las Pirámides). Sabrina Hartmann, la angelical sargento asesina, no hacía nada muy distinto de las madres y niños de Milán. Su pureza aterradora, frívolamente turística, no expresa la maldad humana ni los horrores intemporales de la guerra; desnuda más bien el infantilismo cruel de una sociedad llamada de “consumo” en la que uno no puede comer chocolatinas en Madrid sin reproducir la esclavitud de los 284.000 niños esclavos que recogen cacao en Africa Occidental y en la que, al mismo tiempo, la imagen de una ejecución o una escena de tortura producen el mismo placer que una chocolatina. No hay ninguna diferencia, o muy poca, entre los torturadores de Iraq y los visitantes del parque de atracciones de Milán; y que las cámaras de suplicio y los parques temáticos son triviales experiencias de consumo capitalista, inscritas en un horizonte común, lo demuestra el hecho de que los ocupantes que han destruido Iraq van a levantar ahora sobre sus ruinas, en el centro de Bagdad, una filial de Disneylandia para que los hijos de los torturados y desaparecidos consuman o vean consumir diversión manufacturada estadounidense.
Si uno se fija bien, la indiferencia de los bañistas italianos, con sus sándwiches en la mano, es muy semejante a la de los que mueren en el Tercer Mundo de inanición, sin nada que llevarse a la boca, desinteresados ya de todo lo que no sea su pura supervivencia biológica. La hambruna extrema y la extrema abundancia producen los mismos síntomas: la necesidad del canibalismo y el desprecio por todos los lazos humanos. Para eliminar la compasión no hacen falta leyes ni cárceles; tras el fin de la segunda guerra mundial, Europa y EEUU se dedicaron –paradoja capitalista- a alimentar el hambre de sus ciudadanos, convirtiendo todos los objetos en mercancías; es decir, en cosas de comer que excitan, y no calman, el apetito. Ningún etíope, ningún haitiano, ha tenido nunca tanta hambre como un consumidor medio occidental: nos comemos no sólo el pan y la carne sino también los carros, las lavadoras, los teléfonos celulares, los cuerpos, los monumentos, los paisajes, las imágenes, a una velocidad que deja fuera todos los placeres que no tengan que ver con la destrucción inmediata (que es lo que etimológicamente quiere decir la palabra “consumo”). Este modelo es ya universal y modela las cabezas de todos, incluso –o sobre todo- de los que no pueden acceder al mercado. Para comerse un mango o un bistec hay que destruirlos; para amar un cuerpo, un niño, un cuadro, un libro, un árbol, hay que conservarlos. En España hay más teléfonos celulares que habitantes y los españoles cambian de modelo cada seis meses; cada seis meses mueren 200.000 congoleños extrayendo el coltán necesario para fabricarlos. Pero una madre tarda nueve meses en gestar un niño; un enamorado tarda años en explorar el cuerpo de la amada; un poeta tarda décadas en gestar una metáfora; un pueblo tarda siglos en construir una historia; y un dios cualquiera tarda milenios en construir un mundo. Destruir un mango con los dientes es muy agradable, sobre todo cuando se hace en compañía; pero destruir en solitario –con los ojos y con la billetera- la ropa, los electrodomésticos, las casas –cada vez más deprisa, cada vez más deprisa- no produce placer: produce sólo hambre. Y el hambre es incompatible con la civilización.
Los soldados de Abu-Ghraib se formaron no en el ejército sino en Disneylandia; los bañistas de Nápoles y los visitantes del parque de Milán se formaron no en la guerra sino en la televisión y en el centro comercial. Por eso todo esta gente tan normal es tan peligrosa.
9.8.08
Cristina Peri Rossi
Nació en Montevideo (Uruguay) en 1941 y en 1972 se exilió a España. Está considerada como una de las escritoras más importantes en lengua española tanto por su obra narrativa como por su poesía.
XXIII
Y vino un periodista de no sé dónde
a preguntarnos qué era para nosotros el exilio.
No sé de dónde era el periodista,
pero igual lo dejé pasar
El cuarto estaba húmedo estaba frío
hacía dos días que no comíamos bocado
sólo agua y pan
las cartas traían malas noticias del Otro Lado.
“¿Qué es el exilio para usted?” me dijo
y me invitó con un cigarrillo
No contesto las cartas por no comprometer a mis parientes,
“A Pedro le reventaron los dos ojos
antes de matarlo a golpes, antes,
sólo un poco antes”
“Me gustaría que me dijera qué es el exilio para usted”
“A Alicia la violaron cinco veces
y luego se la dejaron a los perros”
Bien entrenados,
los perros de los militares
fuertes animales
comen todos los días
fornican todos los días,
con bellas muchachas con bellas mujeres,
la culpa no la tiene el perro,
sabeusté,
perros fuertes,
los perros de los militares,
comen todos los días,
no les falta una mujer para fornicar
“¿Qué es el exilio para usted?”
Seguramente por el artículo le van a dar dinero,
Nosotros hace días que no comemos
“La moral es alta compañero, la moral está intacta”
rotos los dedos, la moral está alta, compañero,
violada la mujer, la moral sigue alta, compañero,
desaparecida la hermana, la moral está alta, compañero,
hace dos días que sólo comemos moral,
de la alta, compañero,
“Dígame qué es el exilio, para usted”
El exilio es comer moral, compañero.
LOS EXILIADOS
Persiguen por las calles
sombras antiguas
retratos de muertos
voces balbuceadas
hasta que alguien les dice
que las sombras
los pasos las voces
son un truco del inconsciente.
Entonces dudan
miran con incertidumbre
y de pronto
echan a correr
detrás de un rostro
que les recuerda otro antiguo.
No es diferente
el origen de los fantasmas.
PERI ROSSI, Cristina. Estado de exilio. Madrid: Visor Libros, 2003.
28.7.08
Un día más con vida
Ávido de experiencias, el tema de la vida de Kapuscinski, como él mismo asegura en Lapidarium IV –libro en el que recoge los pensamientos excluidos de sus reportajes– son los pobres. La pobreza es lo que este polaco, tras vivir 27 revoluciones y 12 frentes de guerra, entiende por el término eufemístico de “Tercer Mundo”: no es un término geográfico (Asia, África, América Latina) y ni siquiera racial (los denominados continentes de color) sino “un concepto existencial”. Indica precisamente la vida de pobreza, “caracterizada por el estancamiento, por el inmovilismo estructural, por la tendencia al subdesarrollo, por la continua amenaza de la ruina total, por la difusa carencia de soluciones”. Son pocos los periodistas que se atreven a analizar la pobreza en todas sus facetas sin la cínica máscara de quien busca un reconocimiento por ello. Kapuscinski bebía, comía (cuando tenía qué comer), dormía y vivía como lo hacen los protagonistas de sus reportajes, pobres generalmente secundarios para periodistas europeos. Rompe con el convencionalismo de la profesión desde el momento en que devora todo cuanto se cruza en su ángulo de visión para digerirlo después con la mente. Su ámbito de trabajo es la calle, su habitación, el mercado lleno de miseria africana. La capacidad de análisis, forjada en la época del confuso socialismo real y las atrocidades de la II Guerra Mundial en su ciudad natal, está siempre presente en las reflexiones de este polaco que comenzó su carrera como reportero casi sin pretenderlo. Una vez pudo huir de la censura a la que estaba sometido en Polonia, se dirigió a países cuya desesperación no era menor. Estos son, como muestra en sus libros, los contextos que mejor comprende y asimila. Desde El emperador, basado en el emperador etíope Haile Sessalie, hasta Ébano, una compilación de vivencias en sus viajes al continente africano, Kapuscinski brinda al lector la posibilidad de comprender el mundo a su manera.
Un día más con vida no es una explicación de la superestructura diplomática de la guerra de Angola, sino el reflejo de las vidas cruzadas por la guerra civil provocada por la descolonización portuguesa. Soldados angoleños, niños arrojados a las armas, portugueses al borde del exilio, parientes bajo la capa de enemigo, civiles confusos e ignorados…, todos ellos forman parte de la explicación que Kapuscinski hace de la guerra de Angola. Los hechos se convierten en novela autobiográfica y su narratividad hace que el lector, lejos de contentarse con una explicación coherente –lo único que suelen ofrecer los libros que explican una guerra–, busque entender, con la garantía de una narración primera persona, a la sociedad angoleña. lector comprende a través de los ojos de Kapuscinski. Se adentra en su vida.
¿Estamos entonces ante una autobiografía, un texto periodístico o una novela de aventuras? Un día más con vida lo es todo a la vez y nada por separado. Cada capítulo es un amplio reportaje informativo aderezado con la perspicaz mirada de Kapuscinski, quien refleja un estilo rebelde, auténtico e incomparable de escribir, capaz de tocar cualquier extremo de la escritura. Abofetea la rancia teoría del periodismo objetivo y deja claro que la unión entre escritura informativa y escritura creativa es más que posible. Es necesaria. Él mismo enseñaba a sus alumnos de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano –creada y presidida por su amigo Gabriel García Márquez– a utilizar la poesía como un ejercicio lingüístico con el que beneficiar a la prosa. “Yo no soy esencialmente poeta, pero la poesía es irrenunciable para mí. Requiere una concentración lingüística extrema y eso beneficia a la prosa. Mi prosa ha de tener música, y la poesía es ritmo”, dice en Los cinco sentidos del periodista.
Decidido a alejarse de los hoteles destinados a los periodistas, el elegido mejor periodista polaco del siglo XX y reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación en 2003, utiliza la intuición y la empatía como sus dos principales herramientas de trabajo. Intuición para moverse por Angola a mediodía, cuando los combatientes no atacarán “recibiendo los latigazos de un viento tórrido”. Empatía para poder humanizar a los supuestos verdugos y comprender que las historias no están divididas en buenos y malos como, inmersas todavía en el escenario de la Guerra Fría, muestran exageradamente las películas americanas. Ser empático, sin embargo, no significa no decantarse a favor de un bando u otro: Kapuscinski da su apoyo al Movimiento Para la Liberación de Angola (MPLA). Eso sí, con tal de recibir lo mismo de ellos. De otra forma, no hubiera podido moverse con seguridad por los frentes ni conocer al presidente del movimiento, el poeta Agostinho Neto. Tampoco hubiera podido sentir el mismo alivio que sus camaradas cuando amanece después de una batalla y están un día más con vida. No obstante, el seguimiento del conflicto al lado del MPLA no impide que la polifonía sea un continuo en la obra, convertida así en un conglomerado de voces rescatadas del viento y entrelazadas en prosa. Kapuscinski nos acerca a una guerra que, como todas, criminaliza a los que no pueden hacerse oír masificándolos en cifras que intentan hablar por ellos. La imagen de la Guerra, según dice el escritor con una sinceridad y un realismo atroz que apela sin tapujos al lector, es intransferible: “no se puede transmitir ni con la pluma ni con la voz ni con la cámara. La guerra es una realidad sólo para aquellos que están apresados en su interior, sangriento sucio y repugnante. Para otros no es sino una página en un libro o unas imágenes en una pantalla: nada más”.
Que la Historia, la política, la reflexión, la poesía y el Periodismo se unan en la prosa de Kapuscinski no es nada trivial en el estilo de este licenciado en Historia que piensa que el pasado ha de interpretarse a través de las herramientas cognoscitivas que se utilizan para entender el arte. El mundo contemporáneo, dice, sólo puede comprenderse usando “un globo terráqueo giratorio” y “contemplando el escenario en el que vivimos desde diferentes puntos de la Tierra”. Los angoleños, al intentar comprender su país tras la Guerra Civil que lo ahogó, seguramente se preguntarían por qué desde Occidente se comercia con los dirigentes corruptos que se han adueñado de los recursos naturales que deberían enriquecer a todo el país en su conjunto. O por qué avanza la ciencia sólo para países ricos, mientras que Angola ve morir a buena parte de la población por epidemias de enfermedades infecciosas cuyas medicinas están privatizadas por los mismos que compran diamantes y petróleo a precios irrisorios a los dirigentes corruptos. Kapuscinski ya no está para contemplar sus ruegos y contextualizarlos en el papel. Las letras que hablan de su situación tampoco llegan a una sociedad en su mayoría analfabeta. Por suerte, en el mundo occidental sí podemos leer las obras de este reportero –considerado ya una reliquia en el mundo del Arte– y, al menos, comprender la situación de los africanos conociendo su pasado reciente. Un día más con vida, junto a Ébano y otros tantos del autor, es una herramienta fundamental para no caer en el egocentrismo que acecha a la población occidental.
28.6.08
Abu Reina
Tratar a un musulmán como a un perro es lo más humillante que se le puede hacer. El perro es considerado un animal impuro: si su saliva toca alguna parte del cuerpo deben lavarse rápidamente; si hay un perro cerca no pueden rezar; si el animal come de un recipiente, éste debe ser lavado 7 veces para eliminar las impurezas, etc. Se rechaza a los perros incluso como animal de compañía, porque donde hay un perro no hay ángeles. El miedo que siente ese hombre podría ser comparable al que los occidentales sentimos con la muerte.
Mural para Lynndie England,
una muchacha cualquiera
El espectáculo... es vida concreta
de todo lo que se ha degradado en universo especulativo.
Guy Debord (1967)
NIÑOS DE BAIYI
Niños de Baiyi
En el norte de Irak.
Fuentes oficiales en Tikrit informaron
Que tropas estadounidenses detuvieron a cinco niños
Sospechosos de actos terroristas.
Niños de Baiyi,
en el norte de Iraq.
OBEDIENCIA
El periodista Burhan Fasa
vio soldados desesperados
en Faluya
que entraban a las casas
y mataban a la gente
porque no obedecía sus órdenes
el periodista aseguró
que
simplemente
no comprendían
ni una sola palabra en inglés
MANUAL DE INSTRUCCIONES
El general de División Abed Hamed Mowhoush murió asfixiado
Mientras lo interrogaban.
Framk Spinner lo niega:
“Sufría de arritmiacardiaca
y no aguantó el estrés del interrogatorio”.
El suboficial mayor Lewis Welshofer Jr. está acusado de su asesinato.
La fiscalía dice que Mowhoush fue maniatado, introducido en un saco de dormir y que murió con el oficial sentado encima de él.
También se usó cable eléctrico, pero no se especifica cómo.
Selección del poemario disponible en http://www.rebelion.org/docs/68710.pdf
Por cierto, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) hay hasta el 6 de julio una exposición de Fernando Botero sobre Abu Grhaib. Muy ilustrativa, muy dura.
20.6.08
mientras piensas en cómo él vería el sol
descender por el edificio de enfrente
desde esta ventana,
un cuadro inmóvil en tu habitación, donde
ahora las de los pies, luego el cuero cabelludo
sufrirán tu maniqueísmo, esa absurda
manía de tocarte
por carencia
de caricias;
entonces un soplo de aire destroza la infraestructura
de ese museo posmodernista, tu habitación construida
con teorías y leyes sin operar, textos, papeles que se vuelan;
las paredes se caen,
y los vecinos gritan
es el Apocalipsis, ¡el Apocalipsis!
en el edificio de enfrente hay una chica
tocándose las uñas, el cabello y la moral
tirada en la cama resignada parece que
intenta dormir
mientras las paredes se caen
no hay cuentos ni crítica, ni novela negra ni fábulas
es el Apocalipsis, esa ignorante
(ni ensayo ni poesía ni tratados sobre el amor)
se aferra al cojín
(ni antologías, compilaciones, boletines oficiales)
pensando que fingirá
sin manual de instrucciones, sin índice ni epílogo, sin retórica ni ¡basta de autoayuda!
se abraza al cojín pensando que él también
fingirá que le quiere
13.6.08
Fragmentos de sabiduría: Antonio Méndez
25.5.08
Wu Ming 7: El agujero
Detesto el barniz que escribe la mañana
en una tabula rasa
vivo
esperando a que la suerte dibuje algo
arranco capas
a la plastificada realidad : sólo
estirar de la esquina y despegar
las falsedades que nunca cuestioné
queda el vacío de las cuencas que sin ojos
buscan morfina para tu insistencia:
.................no hay
.................detrás
es insostenible la decadencia
en la basura de imágenes
con las que patinar sobre el muro anti-súplica
mientras cargo a la espalda mi historia
reivindicando todo lo que nunca nombras
que no existe más que lo que se ve
................recuerdo
lo que soy
y en la noche mis ojeras se alimentan
de pestañas de mimbre entrelazadas,
granos soberbia en el café,
posos sin futuro
y tú no lo sabes
pero la oscuridad me escribe a mí
en frío negro
devoro el límite dejando va-
cías mis cuencas vacías
en esta decadencia insostenible cuyo agujero
no hace más que absorber
Foto: Indiana Caba
23.5.08
Buen rollito
(¡¡El Imperio del Gato se enfrenta a su sórdido pasado en un combate sin igual!!)
COACH S. FREUD
Says his players will not find happiness if they are beaten by their past
(ENTRENADOR S. FREUD
Dice a sus alumnos que no encontrarán la felicidad si su pasado les golpea)
16.5.08
Dios vende estabilidad
y vajillas de cocina............en escaparate
una nueva vida: ya es verano
también bajo alcantarillas y boquetes
Juzgado Supremo Tribunal
luchando por la propiedad privada
toga para torear
a la abuela que se queda sin casa;
miente la democracia
europea, nacionalidad de metal y Eurovisión,
y leyes según economía del tiempo:
sin referéndum, sin derechos, sin título
inmigrantes fuera
porque defendemos la educación:
teorías y estudio sobre cómo pagar
prácticas en paro
quieren lágrimas inermes
alegrarse por la pena
porque da pena lo indefenso:
no se pegará fuego
a los antidisturbios que cercan la comunidad;
pocos se asoman a las alcantarillas
y sólo los boquetes cortan la circulación
de los buenos ciudadanos
Los antidisturbios disuelven una manifestación en defensa del Cabanyal
Calle de la Reina (CABANYAL). Estas son algunas perspectivas de la barrera de antidisturbios que aislaron a casi 300 manifestantes que protestaban el pasado martes contra la destrucción del barrio y las expropiaciones forzosas que están recibiendo los propietarios –en su mayoría, personas mayores que han vivido ahí toda su vida y solo cobran la pensión. Los policías impidieron la entrada al tramo donde se realizaba la concentración, además de pedir el carné de identidad a cada una de las personas que nos acercamos. Su excusa era que los organizadores no habían pedido permiso al Ayuntamiento y por tanto era una manifestación ilegal (paradójica expresión). Se impondrán sanciones por incumplimiento de la ley de reunión que pueden ir de los 300 a los 3.000 euros, lo que entraría dentro de la campaña de desprestigio y marginación que el Ayuntamiento lleva contra el Cabanyal –degradado en extremo– y contra cualquier colectivo que defienda los derechos de las personas que viven en él. La prolongación de Blasco Ibáñez se ha convertido, después de 10 años de protestas, en un proyecto personal de Rita Barberá, que no parará hasta destrozarlo todo (apostilla: ¿sabe lo suyo el Papa?).
6.5.08
Te voy a decir por qué me acuesto tarde:
jugando por la falda
de la montaña
sólo desaparece de madrugada,
cuando los camiones
recogen la basura
5.5.08
29.4.08
Texto de Sombra
Sólo buscaba un lugar más o menos propicio para vivir, quiero decir: un sitio pequeño donde cantar y poder llorar tranquila a veces. En verdad no quería una casa; Sombra quería un jardín.
- Sólo vine a ver el jardín –dijo.
Pero cada vez que visitaba un jardín comprobaba que no era el que buscaba, el que quería. Era como hablar o escribir. Después de hablar o de escribir siempre tenía que decir:
- No, no es eso lo que yo quería decir.
Y lo peor es que también el silencio la traicionaba.
- Es porque el silencio no existe -dijo.
El jardín, las voces, la escritura, el silencio.
- No hago otra cosa que buscar y no encontrar. Así pierdo las noches.
Sintió que era culpable de algo grave.
- Yo creo en las noches –dijo.
A lo cual no supo responderse: sintió que le clavaban una flor azul en el pensamiento con el fin de que no siguiera el curso de su discurso hasta el fondo.
- Es porque el fondo no existe –dijo.
La flor azul se abrió en su mente. Vio palabras como pequeñas piedras diseminadas en el espacio negro de la noche. Luego, pasó un cisne con ruedecitas con un gran moño rojo en el interrogativo cuello. Una niñita que se le parecía montaba el cisne.
- Esa niñita fui yo –dijo Sombra.
Sombra está desconcertada. Se dice que, en verdad, trabaja demasiado desde que murió Sombra. Todo es pretexto para un ser pretexto, pensó sombra asombrada.
De “Textos de Sombra”, recogidos en Alejandra Pizarnik. Poesía completa.
25.4.08
Lo vivido, no lo hecho. Antonio Méndez.
.
Ni toda la humildad, precisamente.
¿Ves el desconcierto del mundo? ¿Puedes
realmente verlo, no por ti, no por nadie, cómo
se acuerda de cualquier imagen
sea o no sea imprevista? Se apodera de lo
que te ha hecho estar aquí
Huella de la canción, memoria cierta,
voz. Y luego hay que servir.
Mira una sola cosa: ha empezado a llover,
hay pájaros que van, lo que vas a aprender
no son palabras.
.
boomp3.com
20.4.08
(Macro) Recital de poesía
Participarán en él poetas de toda la geografía española y latinoamericana.
Las voces de más de veinte poetas se mezclarán en un ambiente de solidaridad en el que cada uno ofrecerá su percepción del mundo a través de la musicalidad poética.
Entre los objetivos de este festival está el de ofrecer una visión del mundo no sólo desde distintas geografías sino también desde distintas experiencias, edades y profesiones, además de compartir un buen rato.
Este recital presenta la interesante característica de aunar a poetas veteranos y reconocidos con poetas nóveles, es el reflejo de un acercamiento real en el que los sentidos interactuarán sobre una base de amistad y tolerancia.
El encuentro tendrá lugar el sábado 26 a las 19:30 en el café de Las Horas (Cerca de la Plaza de la Virgen) y contaremos con la presencia de los siguientes poetas:
-Pedro Montealegre (Chile),
-Laura Giordani (Argentina),
-Enrique Falcón (Valencia),
-Antonio Méndez Rubio (Badajoz),
-Garikoitz Gómez Alfaro (Madrid),
-Álvaro Yebra (Valencia),
-Adolfo González (Cuenca),
-Uberto Stabile (Valencia),
-Elena Areta (La Rioja),
-Sergio Castillo Pelegrín (Valencia),
-Kebrantaversos (Toledo),
-Arturo Borra (Argentina),
-Ana Pérez Cañamares (Tenerife),
-Agustín Linuesa Cáceres (Valencia),
-David González (Gijón),
-Félix Sevilla,
-Antonio Martínez i Ferrer (Alzira),
-Lluís Pons Mora (Palma de Mallorca) ,
-Víktor Gómez (Valencia),
-Jesús González(Madrid),
-Elena Escribano,
-Eddie (J. Bermúdez),
-José Luis Falcó,
-Javier Gil,
-Raúl Nuñez en boca de sus amigos
-Luciérnaga.
Le agradecemos a Mark la ayuda (por no decir toda la ayuda) con el cartel.
Anticuarios de madrugada
Peló una manzana, partió unos trozos de queso y se sentó en la incómoda silla de madera. Comía compulsivamente para evitar tragarse la lana que se agolpaba a la entrada de sus labios (las ovejas se auto-esquilaban cuando se aburrían y lo dejaban todo perdido).
Espacio. Intentaba recuperar espacio abríendo los ojos más y más, pero sólo era capaz de ver lana amontonada hasta las esquinas superiores de la habitación. Algunas bolas, borrachas de leche que había ordeñado por la mañana, se pegaban a la pared como si fueran papel de decoración. Entonces todo se empañaba de un blanco sucio.
En ese lugar se asfixiaba.
Sin embargo, no podía irse. He llegado aquí por algo –agarraba un trozo de queso frunciendo el ceño. ¡No me iré hasta que sepa, al menos, lo que busco! Imaginaba sus descuidadas manos rompiendo de un puñetazo la mesa de anticuario sobre la que se apoyaba, pero lo cierto es que ni apartaba la vista del punto más oscuro de la casa. Sólo subía la mirada para volar por las escaleras y verse tirada en la cama, surcando las sábanas con un regalo no cristiano entre sus piernas.
No quería más comida. Cuidando de que las tablas de madera no crujieran con sus pasos, salió fuera de la casa. En realidad no le gustaba llamar “casa” a ese habitáculo con tejado y buhardilla. De hecho, una de las principales partes de una casa -el baño- se encontraba aislada de todo ese cúmulo de madera vieja. Puesto que la granja, el almacén y la ladera de la montaña también habían pasado a formar parte de su vida cotidiana, podía ampliar el concepto de “casa” a todas esas cuatro hectáreas de terreno.
Así que ahí estaba. Escapando de todos los desechos que produce la urbe y, al mismo tiempo, amándolos. Lamiendo las cortezas de los árboles y creyendo que, después, podría escribir sobre ellas. No sé cuál es mi lugar ni dónde buscarlo –lo repetía tan a menudo que las palabras salían de su boca como una oración en busca de un pedestal en el que sellarse con pan de oro.
Se sentó en las hojas secas de otoño –lo único que atisbaba- e intentó descifrar la oscuridad que le rodeaba. Fue deslizándose cada vez más hasta tumbarse sobre la tierra y, finalmente, se durmió.
“Con luz será otro día”, se pudo leer a la mañana siguiente sobre las hojas quebradas que habían sido su almohada.
11.4.08
todavía oye disparos
sonrisas
y palabras fusiladas
-no lo aceptamos
recalcan autoritarios
los grises del alfabeto-
y recuerda
que con la mente en un puño transparente
...........................-sólo nos queda
......................................nuestra cultura-
gritó:
malditos huérfanos de la calle
que revestís la división
con puentes y normas y fuentes
sólo yo
-y escribió con el dedo
en el vaho de su aliento-
sólo yo hablo
de la lengua que me define
.
.
.