Calle de la Reina (CABANYAL). Estas son algunas perspectivas de la barrera de antidisturbios que aislaron a casi 300 manifestantes que protestaban el pasado martes contra la destrucción del barrio y las expropiaciones forzosas que están recibiendo los propietarios –en su mayoría, personas mayores que han vivido ahí toda su vida y solo cobran la pensión. Los policías impidieron la entrada al tramo donde se realizaba la concentración, además de pedir el carné de identidad a cada una de las personas que nos acercamos. Su excusa era que los organizadores no habían pedido permiso al Ayuntamiento y por tanto era una manifestación ilegal (paradójica expresión). Se impondrán sanciones por incumplimiento de la ley de reunión que pueden ir de los 300 a los 3.000 euros, lo que entraría dentro de la campaña de desprestigio y marginación que el Ayuntamiento lleva contra el Cabanyal –degradado en extremo– y contra cualquier colectivo que defienda los derechos de las personas que viven en él. La prolongación de Blasco Ibáñez se ha convertido, después de 10 años de protestas, en un proyecto personal de Rita Barberá, que no parará hasta destrozarlo todo (apostilla: ¿sabe lo suyo el Papa?).
pour la CGT
Hace 7 años
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