28.6.08

Abu Reina

Alejandro Bruzual recoge en Abu Reina retazos de las atrocidades que se cometieron en Abru Ghraib. El hilo conductor es la figura de Lynndie England, la soldado condenada a 3 años de cárcel por torturar y abusar de presos iraquíes, famosa por fotos como esta:



Tratar a un musulmán como a un perro es lo más humillante que se le puede hacer. El perro es considerado un animal impuro: si su saliva toca alguna parte del cuerpo deben lavarse rápidamente; si hay un perro cerca no pueden rezar; si el animal come de un recipiente, éste debe ser lavado 7 veces para eliminar las impurezas, etc. Se rechaza a los perros incluso como animal de compañía, porque donde hay un perro no hay ángeles. El miedo que siente ese hombre podría ser comparable al que los occidentales sentimos con la muerte.


ABU REINA

Mural para Lynndie England,
una muchacha cualquiera



El espectáculo... es vida concreta
de todo lo que se ha degradado en universo especulativo
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Guy Debord (1967)


NIÑOS DE BAIYI

Niños de Baiyi
En el norte de Irak.

Fuentes oficiales en Tikrit informaron
Que tropas estadounidenses detuvieron a cinco niños
Sospechosos de actos terroristas.

Niños de Baiyi,
en el norte de Iraq.


OBEDIENCIA

El periodista Burhan Fasa
vio soldados desesperados
en Faluya
que entraban a las casas
y mataban a la gente
porque no obedecía sus órdenes

el periodista aseguró
que
simplemente
no comprendían
ni una sola palabra en inglés


MANUAL DE INSTRUCCIONES

El general de División Abed Hamed Mowhoush murió asfixiado
Mientras lo interrogaban.

Framk Spinner lo niega:
“Sufría de arritmiacardiaca
y no aguantó el estrés del interrogatorio”.

El suboficial mayor Lewis Welshofer Jr. está acusado de su asesinato.

La fiscalía dice que Mowhoush fue maniatado, introducido en un saco de dormir y que murió con el oficial sentado encima de él.

También se usó cable eléctrico, pero no se especifica cómo.




Selección del poemario disponible en http://www.rebelion.org/docs/68710.pdf
Por cierto, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) hay hasta el 6 de julio una exposición de Fernando Botero sobre Abu Grhaib. Muy ilustrativa, muy dura.

20.6.08



Te muerdes las uñas histéricamente
mientras piensas en cómo él vería el sol
descender por el edificio de enfrente
desde esta ventana,
un cuadro inmóvil en tu habitación, donde
ahora las de los pies, luego el cuero cabelludo
sufrirán tu maniqueísmo, esa absurda
manía de tocarte
por carencia
de caricias;

entonces un soplo de aire destroza la infraestructura
de ese museo posmodernista, tu habitación construida
con teorías y leyes sin operar, textos, papeles que se vuelan;
las paredes se caen,
y los vecinos gritan
es el Apocalipsis, ¡el Apocalipsis!
en el edificio de enfrente hay una chica
tocándose las uñas, el cabello y la moral
tirada en la cama resignada parece que
intenta dormir
mientras las paredes se caen
no hay cuentos ni crítica, ni novela negra ni fábulas
es el Apocalipsis, esa ignorante
(ni ensayo ni poesía ni tratados sobre el amor)
se aferra al cojín
(ni antologías, compilaciones, boletines oficiales)
pensando que fingirá
sin manual de instrucciones, sin índice ni epílogo, sin retórica ni ¡basta de autoayuda!

se abraza al cojín pensando que él también
fingirá que le quiere


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Foto: Sasha Borodinova
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13.6.08

Fragmentos de sabiduría: Antonio Méndez

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Pues sí, cada una tiene sus neuras. Y la mía es la de la naturalización. Se puede entender a partir del texto que sigue. Es un pequeño fragmento de un gran ensayo de Antonio Méndez Rubio titulado La apuesta invisible (vaya, el titulo ya dice bastante.. :P), en el que conjuga los estudios culturales con la crítica política y social.
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La ideología masiva, en el sentido que usaría Williams de “modo entero de vida”, se presenta así como en el caso de Disney acorazándose en una oficialidad pública que la naturaliza como instrumento de poder. Esta naturalización, concebida como tendencia a no reconocer los propios intereses o la propia naturaleza ideológica, creo que puede compendiarse en cuatro grandes pilares de lo que, según esto, podría considerarse una ideología de la no-ideología: la (no) ideología de la competitividad, la (no) ideología del consumo, la (no) ideología de la tecnología, la (no) ideología del imperio. La competitividad actúa como valor dinámico, componiendo una dialéctica entre exclusión social e individualismo posesivo en la que éste funciona de forma compensatoria, prometiendo todo aquello que evacua la lucha por no quedar fuera de juego (confianza, estabilidad de los vínculos, solidaridad...). Como en el diseño estándar de los concursos televisivos, al mejor estilo Gran Hermano o también (más suave y metódicamente) Operación Triunfo, la convivencia y el apoyo mutuo sólo pueden ser un pasaje temporal, sometido a la implacable mecánica de la nominación. Este tipo de programas masivos renueva con ello la vitalidad de la nueva Sociedad Titanic, es decir, aquella que ha naturalizado como nunca la feroz ley del “sálvese quien pueda”.
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MÉNDEZ RUBIO, Antonio. La apuesta invisible. Cultura, globalización y crítica social. Montesinos (Ensayo), 2003