12.3.10

Sobre miembros pequeños y grandes cerebros

De teleseries de humor al debate político. ¿Cómo es posible? ¿Por qué los actores no se dedican simplemente a hacer bromas y a aspirar a que su nombre se funda con el de la marca de alguna internacional? ¿Es que tenemos que soportar la ideología de los personajes públicos?

Ya se sabe lo que el actor Willy Toledo dijo sobre Cuba. Lo que no se ha compilado es lo que los demás han dicho de él. José Javier Esparza en La Linterna se preguntaba “si hay derecho a que una sociedad democrática otorgue, subvencione y sostenga altavoces de enorme peso en boca de personas furiosamente antidemócratas”. Democracia. Esa palabra que todos usan pero nadie sabe muy bien cuál es su mecha y dónde está su dinamita. El de la Cope sigue: "Este es el mensaje de un carcelero, de los que piensa que los que piensan diferente han de estar en la carcel y, si se mueren, mejor (…)”. Y por si no queda claro quién es el bueno y quién el malo, concluye definiendo a Toledo como “un individuo que acusa al pobre negro Orlando Zapata de ser un detenido común". Bravo.

Todos los medios, con más o menos discrección a la hora de tergiversar las palabras de Toledo, se lanzaron horrorizados a desmarcarse de tal ofensa al mainstream. Telemadrid lo expuso así:

"Sobre la muerte de Orlando Zapato ha hablado este lunes el actor Willy Toledo. Él se movilizó en la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar, pero a los cubanos encarcelados por exigir la libertad los tacha de delincuentes y terroristas".

De esta forma, se presenta una aparente contradicción cuya coherencia sólo alcanzan muchos tachando a la persona en cuestión de “descerebrado” (Miriam Gómez), “disparatado” (F. Savater), “gentuza castrista” (Rosa Montero) o “"actorcillo de tres al cuarto (...) que creo, además, que la tiene pequeña" en el caso de José Alejandro Vara, ex director de La Razón.

Ante toda una fiesta satánica para descuartizar (metafóricamente, creo) a Toledo en nombre de la democracia, al menos un puñado de artistas han lanzado un texto defendiendo la libertad del actor para expresarse sin tener por ello que soportar insultos a su miembro (hasta ahí podíamos llegar). Han demostrado no sólo atreverse a nadar a contracorriente entre toda la marea de condescendientes críticas, sino también a señalar claramente que los actores, las cantantes y demás gentes del mundo de la cultura, no son bichos acéfalos en cuya mente sólo cabe el guión de turno, sino que tienen opiniones políticas como todo hijo de vecino y están hartos de que se les condene cuando no dicen lo que se espera de ellos.

No voy a entrar a discutir las declaraciones del actor. Estoy un poco harta de que en El País me digan que Cuba es una dictadura gobernada por despiadados estalinistas y que en Rebelión afirmen que la isla es el mejor país del mundo para vivir y todo el mundo baila con florecitas en la cabeza. Basta. Lo que sí puedo asegurar es que el aparato mediático-empresarial español funciona de maravilla, vaya que si funciona.


Declaraciones completas de Willy Toledo:

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