8.9.10

Diario con acometida

Lots of sex, eso es lo que queréis, que lo sé. Hoy me he tomado un RedBull y estoy a tope baby no puedo dormir, e Internet va mucho más rápido a las tres, seh, yeah, lots of sex, sangre y porno que os contaré al amanecer.

Porque hoy/ en realidad hoy he sido consciente de mi cruda realidad. Veréis: Yo, intentaba dormir sin música y con taurina y con el ruido de la cortina arrastrando los papeles del escritorio y entonces he pensado ¡hostia/ pero sí es la primera vez que oigo un ruido que no he provocado yo! Y ahí he caído en la cuenta de que llevo mucho viviendo sola, sí, en la más absoluta y pura soledad, ay. Es todo tan dramático que, joder, me da pena destrozarlo diciendo que en realidad no me desagrada que nadie proteste porque dejo la mochila en el sofá, y que los pendientes aparezcan en la pila del baño por la mañana porque ahí es donde los dejé ayer, y también que me encuentro absolutamente bien chupando el chocolate reseco de los vasos y reutilizando el aceite de las sartenes, y que, amigos, está de puta madre volver a casa cuando las manecillas ya no importan, y lavar toda la ropa junta, y gritar en la ducha y cambiar la tele por unos altavoces y la-lalala cocinar en bolas- fun for me y, ah, Qué os voy a contar yo, si en realidad lo que queréis es que os recuerde que todos estamos solos cuando nadie nos ve. Aquí lo tenéis. Con todos ustedes, Roísín Murphy:


1 comentario:

Larisa dijo...

Vivo sola desde hace un lustro. El pequeño intermedio de tiempo que dejé de hacerlo es la causa de que ahora cueste más. Y, sí, a veces es sumamente jodido. Pero, qué narices, al menos los pendientes siguen en el lavabo cuando se ha ido todo el mundo.

Abrazos patéticos